Claire Simon es una realizadora de documentales de un fuerza arrasadora y su último trabajo, el hipnótico Le concours (El Concurso), sobre el examen de ingreso a la célebre Fémis -la escuela de cine más innovadora del país-, se va a poder disfrutar en la XIIIª edición del festival Play Doc.
Con un estilo próximo al genio Frederick Wiseman, la cineasta ve desgranando las pruebas de ingreso de estos estudios, exponiendo la particularidad de una escuela en la que no hay ni cursos ni profesores (toda la profesión del cine pasa por sus aulas para compartir enseñanzas y experiencias) y captando los orales de admisión. Todo un proceso apasionante que, al final, se convierte en un compendio de, no solo las exuberantes personalidades de los elegidos, sino también el perfil del jurado.
¿Qué se espera de estos candidatos? ¿Se debe admitir un potencial que eclosionará en el escuela o unos sólidos fundamentos del cine que confirman ya una idea preconcebida del oficio? ¿El jurado no proyecta en los candidatos sus prejuicios sobre este arte? Lo habitual es que antes de entrar en la Fémis, se pase este concurso tres y cuatro veces, puesto que cada año de los más de 1000 candidatos sólo 60 serán seleccionados.
Claire Simon parece construir un díptico con su anterior obra, Le Bois dont les rêves sont faits, sobre el parisino Bosque de Vincennes. Frente a un lugar abierto a todo el mundo, un jardín donde cada uno va a realizar sus deseos (de encuentro, de relajación o, incluso, sexuales); La Fémis es todo lo contrario, una fortaleza casi impenetrable, en la que entrar es el sueño de miles de candidatos. Un documental tan fascinante como político.
Este deseo de integración parece extenderse por nuestro territorio, desde el festival de Tui, en Pontevedra, con Le concours en competición oficial hasta el Domus Artium 2002 (DA2), un centro de arte contemporáneo salmantino que exhibe dentro de su programa Visiones Contemporáneas, sobre la últimas tendencias en el cine y vídeo nacionales, un proyecto comisariado por Playtime Audiovisuales, dedicado a Eloy Domínguez Serén, hasta el 4 de junio.
Cada vez más el cine encuentra otros lugares donde poder exhibirse y el DA2 es el lugar ideal para disfrutar de las últimas cuatro obras de este cineasta gallego: Pettring, No novo céio, Yellow Brick Road y Rust.
La noción de integración es el centro de interés del trabajo de este apasionante cineasta. Desde su traslado a Suecia, Eloy Domínguez Serén, va captando imágenes que combinan momentos profesionales con personales, sus vivencias en un país del que va aprendiendo, poco a poco, su lengua y su cultura, y su propia persona como elemento extraño (tan próximo del concepto extranjero) en medio de una sociedad que también se busca a sí misma. Quizás Rust, su última creación, sea el resumen perfecto de su proyecto fílmico. A disfrutar sin límites hasta principios de junio.