Noche gloriosa en la segunda jornada de la 4ª edición del LABO XL de San Sebastián. Alessandra García, mejor interpretación de los premios Ateneo, premio al mejor espectáculo revelación y finalista a mejor actriz y mejor autoría revelación por Mujer en cinta de correr sobre fondo negro en los XXV Premios Max de artes escénicas, presentaba su último espectáculo en estreno mundial, Los Idiomas.
La obra, destinada a convertirse en el must de la performance de la temporada, arrancó carcajadas desde el primer minuto a un público entregado por la impresionante presencia escénica de la actriz.
La actriz aparece discreta en el escenario, con un vestuario que asemeja a grafía de las letras, y se lanza, en un salto sin red y con triple voltereta hacia atrás, a interpretar un fragmento, entre ópera de Pekín y drama social japonés, en un idioma original. Muy, pero que muy, original.
Todo su cuerpo habla con la entonación, la comunicación no verbal y la exuberancia de la lengua. La actriz se vuelve idioma en sí misma y, como toda buena ópera pequinesa, la mujer, evidentemente, acaba asesinada al final (al unísono con la vieja e idéntica tradición europea).
La función va a más y Alessandra García nos traslada a una disputa tabernaria en tierras anglófonas. Tras pasar por un sitcom alemán (aunque los dos conceptos parezcan incompatibles, la actriz es capaz de eso y más), cuando ella se adentra en un cabaret parisino de género fluido, el público ya está plenamente instalado en un eufórico clímax de diversión altamente contagiosa.

Queda aún una reconciliación en árabe (aunque por el tono no parezca posible), un bergmanario momento familiar nórdico y, el gran final, en portugués. Un paseo por las lenguas absolutamente desternillante, irónico y magníficamente interpretado. Mientras un láser parece dibujar sobre su cuerpo los signos de puntuación de las lenguas utilizadas, las mujeres interpretadas por la actriz, al menos cada vez tienen más voz, aunque sigan sin ser entendidas.
Alessandra García posee dos virtudes excepcionales: habla todos los idiomas sin conocer ni una sola palabra de ninguno. La segunda, y mucho más importante, es una de nuestras intérpretes con mejor presencia sobre el escenario y una actriz, como la copa de un pino. Inmensa Alessandra.