‘Petite Fille’, de Sébastien Lifshitz, una película absolutamente cautivadora


El cineasta francés Sébastien Lifshitz posee la habilidad de encontrar siempre, para cada uno de sus proyectos cinematográficos, el mejor formato que convenga a su historia. Película tras película, ya sea en la ficción, ‘Les corps ouverts’, ‘Primer verano’, ‘Wild Side’ o ‘Plein Sud’, en el documental, ‘Les Invisibles’, ‘Bambi’, ‘Les vies de Thérèse’, ‘Adolescentes’, o la magnífica ‘Petite Fille’, el cineasta opta por un marco que encuadre siempre, a la perfección, los protagonistas de estas travesías humanas.

La idea de abordar el género transexual en la infancia ya le venía desde el rodaje de ‘Bambi’, una de las primeras transexuales de Francia, que le contaba cómo se sentía ya una niña desde muy pequeña, a los tres o cuatro años. En pleno rodaje de ‘Adolescentes’, otra de sus maravillas en la que durante cinco años filma el paso de la adolescencia a la edad adulta de amigas de clase, el cineasta tuvo la posibilidad de encontrar a la familia de Sasha, nacido niño pero que desde los 3 años vive como una niña.  

Ante un tema tan delicado, centrado en un momento tan especial como es la infancia, las reticencias al anuncio que publicó en un fórum no se hicieron esperar. Karine, la madre de Sasha decidió acudir sola a la cita con el cineasta, para hablar del proyecto. Solo tras sobrepasar su lógica desconfianza, aceptó que la segunda visita del cineasta fuese en el seno de su casa y ante toda su numerosa familia. Y tras varios encuentros, por fin accedió a un día de prueba de rodaje para ver si Sasha se sentía a gusto.   

El ‘estado de gracia’, según las palabras del propio director, se produce de inmediato entre Sasha y la cámara, que se percibe a la largo de toda la película. La fuerza mental de una niña de siete años, el apoyo de una madre y una familia increíble, el continuo equilibrio inestable entre la conducta social exigida y la libertad individual, la oposición del colegio (mucho más radical en la realidad de lo que muestra Sébastien Lifshitz en pantalla, hacen de ‘Petite Fille’, estrenada en la Berlinale, una película absolutamente cautivadora.

Un film rodado a la altura de su protagonista, absolutamente indispensable en la carrera de este lúcido y arriesgado director, con una sensibilidad y escucha extraordinarias, que ya tiene previsto el rodaje de su próximo documental para el próximo año en los EE.UU. y un proyecto de ficción.

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Título original: Petite fille. Dirección, guion y fotografía: Sébastien Lifshitz. Duración: 85 min. País: Francia (2020).

Sinopsis: Cuando crezca, será una niña. Esto es algo con lo que Sasha lleva soñando desde su niñez. Además de varias entrevistas con los padres, quienes hablan claramente de Sasha como su niña, la película muestra también la lucha incansable de la familia contra un entorno hostil. Vemos a Sasha jugando, yendo a clases de ballet y durante una visita a un terapeuta especializado en identidades de género. En la escuela, a Sasha no se le permite vestir ‘como una niña’, debe usar ropa ‘de niños’. En varias ocasiones Sasha no entiende por qué los adultos lo hacen todo tan complicado, y no la dejan simplemente ser quien es y vestir lo que le apetezca.

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