La importancia de un festival se mide por su valentía en la selección, su amplitud de miras y la capacidad que cuenta para convertir su certamen en un punto de encuentro narrativo, visual y social. José Luis Cienfuegos y su equipo han convertido el Festival de Sevilla es el ‘place to be’ del cine europeo en u tiempo récord y con un impresionante nivel de calidad y variedad. La presencia de ‘En vivo’ es el claro ejemplo de mezclar obras imprescindibles del cine más actual con las voces que vienen del territorio en que se enmarca. Un festival marcadamente europeo con acento andaluz.

Antonio Hens es el director y guionista de maravillas como ‘Clandestinos’ o ‘La partida’, y productor de joyas como ‘Azul y no tan rosa’ o ‘La noche de las dos lunas’. Tras su reciente codirección junto a Antonio Álamo de ‘Mi gran despedida’, un fresco sobre la proximidad mental femenina, el cineasta cordobés presenta en el festival ‘En vivo’, un documental muy fresco sobre la proximidad física masculina.
El mundo de la industria del porno es un universo extremadamente dilatado para abarcarlo en su integridad. En la realización de ‘En vivo’ se nota más un ímpetu en captar el instante preciso, que en dar un toque perfecto de acabado al material filmado. Un salón erótico abierto al público, o una convención profesional abierta a los espectadores, es el marco perfecto para abordar el porno gay, de una manera explícitamente pedagógica. De hecho, tan explícito como algunas de sus escenas.

Es fascinante observar como Antonio Hens, aunque no lo parezca a primera vista, se aplica a desmontar varios mitos de este universo profesional, sin reparo para mostrar sus atributos, pero poco abierto a mostrar sus interioridades. En primer lugar, como en cualquier otra ficción, el porno pertenece a la imaginación y sus integrantes actúan representando un papel. Aunque muchos piensen y se dediquen a clamar lo contrario, ‘no todo el mundo puede ser titiritero’. Ilustrativa escena en que un candidato (que posiblemente sea una enorme cosa en su intimidad), no pasa de mediana, tirando a pequeña, cosilla frente a un público numeroso. O el nivel de detalle al que llegan los actores, tras su actuación, repasando lo que se ha interpretado bien, lo que se puede mejorar o lo que no ha provocado el efecto deseado en el espectador.
Frente a los cuerpos míticos, dignos de dioses del Olimpo, o las masas musculares perfectas, el cineasta nos devuelve a la cruda realidad. El retrato de dos actores ante su dieta estricta, la cantidad de trabajo físico intenso y repetido, la toma de decenas de pastillas y centenas de pinchazos al mes, muestran al público el ensueño en que se basa toda ficción, ya sea la del género porno o del drama más clásico.: un estado no natural perteneciente al mundo de la construcción física de un personaje (como las dietas de adelgazamiento, o al revés, a las que se someten algunos actores que, por cierto, suelen compensarlas con algún que otro Oscar en la Academia).
Por último, y quizás lo más divertido (sin conocer personalmente al cineasta siempre me lo he imaginado como un gran romántico), incluso hasta tratando el porno gay, el director desvela la más profunda intimidad de los actores y finaliza con un final feliz. En este caso, no será sexual sino afectivo. Con ese momento inesperado en que dos actores, pareja en la vida real, reconocen que, tras el número ante el público, cuando llegan a casa, hacen el amor. O la sorpresa para finalizar: uno de ellos pidiéndole al otro en matrimonio y, como en cualquier buen clásico americano, fueron felices y comieron perdices… (se supone).

17º Festival de Sevilla – Panorama Andaluz
Título original: En Vivo. Dirección y guión: Antonio Hens. Fotografía: Teo Palomo, Antonio Hens. Montaje: Juan Moya. Intérpretes: Antonio Miracle, Mario Domenech, Jonathan Stick, Alejandro Mango, Frank Valencia, Yelena Vera, Javi Méndez, Adam Risso, Rómulo Sang, Axel Max, Adam Archuleta, Mark Ruffalo, Carlos Resa. Duración: 63 min. País: España (2020).
Sinopsis: A través de las historias de una serie de hombres que se dedican al porno gay, y de las particularidades de ese trabajo en el que el cuerpo es una herramienta se abre otra perspectiva: la de la trastienda de la puesta en escena de las fantasías de los otros y lo que eso implica para los cuerpos que las llevan a cabo.