Muchos de los cineastas actuales están dirigiendo sus miradas hacia el periodo comprendido entre mediados de la década de los 80 y la de los 90. La edición 17ª del Festival de Sevilla no es una excepción y muchas de sus películas sitúan su acción en ese momento histórico, para poder comprender nuestro presente. Pocos lo hacen con tanta audacia, potencia y lucidez como Luis López Carrasco, director que debutó en ‘Los hijos’, un colectivo de cineastas que desde su creación ha agitado y ennoblecido el panorama de documental nacional.
En ‘El año del descubrimiento’ Luis López Carrasco se viste de Balzac del siglo XXI y nos propone una particular escena de la vida de provincias, mientras la capital del país y sus mandamases saborean cruasanes desde sus balcones, disfrutando de la mayor operación mediática, para vender al resto del mundo, la imagen del país moderno del universo.

Desmantelamiento generalizado del Instituto Nacional de Industria (INI), grupo empresarial más grande e importante de España en 1980, que desapareció en 1995, y desnacionalización de empresas y sectores estratégicos: hierro, acero, aluminio, carbón, siderurgia, astilleros, metalurgia, petroquímica … todo a precio de saldo. Vigo, Sagunto, Cádiz… hasta llegar a Cartagena, donde la situación acabó, tras doce horas de violencia en las calles, con la quema de la Asamblea. Todos somos los protagonistas de esta ‘Comedia Inhumana’, aunque en pantalla son los habitantes de Cartagena los que hablan por nosotros.
Luis López Carrasco se centra en los alrededores de ese estallido de serpentinas, brillantes oropeles y kilómetros de cintas rojas, que no salían a escena y, si lo lograban, recibían aluviones de críticas, por despertar del sueño neoliberal más húmedo a una de las princesas más anestesiadas del continente, España.

En tres partes y un epílogo Luis López Carrasco firma una de las películas del año, todos los géneros combinados (incluido el gore, versión económica). La lista de premios en los festivales internacionales por los que ha pasado es inacabable. Su dirección, la pantalla compartida o el uso del negro sin imágenes (por ejemplo, para los sueños) es virtuoso y significativo en cada una de sus escenas.
Todas sus opciones estéticas son ingeniosas y sorprendentes. La elección de rodar estas conversaciones en un bar, en cinta magnética Hi8, formato popularizado entre los aficionados al cine de los 90 (‘El proyecto de la bruja de Blair’ se rodó en este formato), hace dudar al espectador si estas imágenes son de aquella época o actuales. Al saber que son de ahora, todavía impresiona más las secuelas que ha dejado ese periodo en sus protagonistas. Quizás la crítica más reveladora, y que mejor defina a ‘El año del descubrimiento’, es que sus 200 minutos parecen un cortometraje.

Título original: El año del descubrimiento. Dirección y guion: Luis López Carrasco. Fotografía: Sara Gallego Grau. Sonido: Diego Staub. Montaje: Sergio Jiménez Barranquero. País: España y Suiza (2020). Duración: 200 min. Distribución: Begin Again Films
Sinopsis: En 1992, España celebra acontecimientos que hacen que se presente a la comunidad internacional como una potencia moderna e internacional: los JJ. OO. de Barcelona y la Expo de Sevilla. Pero 1992 también fue el año en el que, en Cartagena, los disturbios y protestas por el cierre de fábricas y la política de desindustrialización, acabaron con el incendio del parlamento regional. Un acontecimiento que acabó siendo olvidado por la mayoría.
El cineasta revive este episodio histórico desde un bar de Cartagena, en el que varias generaciones se reúnen. Desde testigos y manifestantes del momento hasta las generaciones más jóvenes. La conciencia de clases, la crisis económica y el papel de los sindicatos se filtran a la superficie, en medio de conversaciones sobre otros temas de la vida.