MiradasDoc, un festival entre las fronteras (Between Fences, Israel 2016)


Entre la enorme variedad de nuestros festivales hay verdaderas pepitas de oro que, pese a un casi generalizado olvido mediático, sorprenden por su cuidada calidad, una exquisita programación y un necesario y comprometido objetivo. MiradasDoc de Guía de Isora, Tenerife, es verdaderamente deslumbrante y su contenido se encuentra a la altura de míticos eventos como el parisino Cinéma du Réel o el Dok.Fest de Múnich.

BetweenFences

En estos días que celebra su 11ª edición, sus espectadores van a poder disfrutar de un abanico de las mejores películas documentales de temática social y producidas o rodadas en países en vías de desarrollo. A partir de tres ejes, el propio festival, una sección de mercado y actividades de formación, MiradasDoc tiene para todos y todos los gustos.

Frente a una información cada vez más controlada por los intereses minoritarios de los grupos de prensa, los documentales, y festivales como MiradasDoc son el verdadero escaparate de la realidad actual. Cada edición es como un estado de la situación presente, y en muchos casos, el único lugar donde se escuchan las voces que nadie quiere, y no muchos no dejan, oír.

Por eso no es de extrañar que MiradasDoc haya otorgado su Premio Mirada Especial al cineasta Avi Mograbi. La voz hebrea que no gusta escuchar en Israel, con su mirada crítica ante los disfuncionamientos de Israel y su particular corrosivo sentido del humor.

Su último trabajo, Between Fences, es sencillamente demoledor. Israel, un pueblo tristemente demasiado acostumbrado a la persecución de sus habitantes, grita y reivindica en el exterior y se comporta de otra manera en el interior. Desde 2007 muchos africanos han tenido que huir de sus países, Sudán, Eritrea, Darfour, Chad… para escapar del hambre, la sequía y sus dictadores. Un año que ha sufrido la persecución, en lugar de acoger, envía directamente sin proceso ni juicio, a los refugiados sin papeles a un centro de detención hasta tres años, en el que tres veces al día deben contestar a una llamada.

Con la ayuda de un director de teatro Chen Alon y mezclando los ensayos de una obra que preparan estos refugiados, en el más puro estilo del Teatro del Oprimido del brasileño Augusto Boal en los años 1960, entrevistas desde la verja del lugar de detención e, incluso, momentos en que algunos africanos intentan entrar en Israel, el documental es apasionante.

Sobre todo cuando el director de teatro decide introducir en la compañía unas israelíes, rubias como la cerveza y más blanquitas que un litro de leche, para que interpreten los papeles de los refugiados africanos. En ese momento, el documental se vuelve hipnótico.

Pero sorpresas no faltan en este compendio de la más cruda realidad actual, y también poética por momentos, como el excelente Mr. Gaga (del que hablaremos próximamente), la larga decena de documentales polacos (quizás la versión actual en documental del cine de la inquietud moral de los años 70), que bien podría ser una sección con entidad propia (con las muy tiernas Paridise on Earth o Urban Cowboys), o la esperanzadora Un Paese di Calabria, con ese perfecta integración de refugiados kurdos en un documental tan imprescindible, como el sublime festival MiradasDoc.

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