La madalena de Proust, ese poderoso desencadenante del mecanismo de la memoria que nos lleva a los mejores tiempos pasados, ha conocido infinitas versiones en todas las artes desde hace un siglo.
Con esta última variante, la madalena que uno de los protagonistas de esta historia se come en las urgencias de un hospital parisino, el mito pierde toda su dulzura y se convierte en un momento culminante de una fortísima película, repleta de curiosas e inquietantes coincidencias.
Olivier Ducastel y Jacques Martineau logran con su octava película un intenso momento de pasión, deseo, miedo, amor y esperanza. El encuentro sexual explícito, visible, expuesto y arrollador de dos jóvenes, Geoffrey Couët y François Nambot, en los sótanos de un club de sexo (los primeros veinte minutos de la película), ya ha causado que las autoridades de Puerto Vallarta anulasen la proyección del film, pese a su flamante Premio Maguey.
Pero no sólo esa incomprensible censura ha marcado la película. El domingo pasado cuando Xavier Dolan recibía su premio en Cannes por Juste la fin du monde, no pude evitar recordar la película anterior de estos dos cineastas Olivier Ducastel y Jacques Martineau, que fue precisamente también la adaptación de esta increíble obra de teatro de Jean-Luc Lagarce.
Este encuentro sexual que deriva hacia una naciente historia de amor, a través de un periplo que atraviesa una imponente prueba, en sólo una hora y media de metraje que coincide con el tiempo real, es tan potente como explícita en sus imágenes, tan honesta como optimista y tan arrolladora como inquietante.
A la tremenda prueba por la que atraviesan sus protagonistas, la actualidad ha querido añadirle un aspecto más trágico que se acomoda a la perfección con la turbulenta noche de sus protagonistas. Desde el club de sexo al hospital San Luis, la pareja, otra coincidencia añadida, pasa delante de dos de las cafeterías que sufrieron los atentados del 13 de noviembre en París. Otro momento que, los cineastas sin haberlo deseado conscientemente dado que el rodaje fue meses antes, añade aún más fuerza a una película que ya era de las más potentes del año.