El nuevo año tardado en traernos una verdadera bomba cinematográfica de ironía, cinismo y mala leche. El retrato más mordaz de lo que muchos sabían y callaron en 2006, algunos se aprovecharon en 2007, y casi todos hemos tenido que sufrir desde el 2008, llega por fin limpio de polvo y paja en este extraordinario relato políticamente incorrecto.

Si la vena del análisis lúcido y cruel del gran robo del siglo lo inició Inside Job, la ficción, para poder transformar en comedia esperpéntica lo que es un verdadero drama, aborda el tema de la gran crisis de 2008 tras la caída del mercado inmobiliario americano, las hipotecas basuras y las apuestas bursátiles contra los propios bancos, bajo el tono más ligero que aportan sus protagonistas, unos verdaderos frikis de las finanzas.
Y qué nivel de protagonistas: Christian Bale, Ryan Gosling, Steve Carell, Brad Pitt, Marisa Tomei, Melissa Leo o Selena Gómez. Un elenco de ensueño que el director convierte en caricaturas de sí mismos: el bronceado de Ryan Gosling aumenta tanto a lo largo de la historia como la tensión en el ambiente de la bolsa, la camiseta de Christian Bale, la misma durante tres años que dura la narración, adquiere unos tonos especialmente sospechosos…

Qué placer poder contar con los actores más atractivos del universo y convertirlos en paletos vestidos de Armani, chulos de las altas finanzas y bajos sentimientos, catetos de la vida privada y bocazas de la escena pública. Un grupo de actores dispuestos a todo, incluso el ridículo por participar en la última película de Adam McKay.
La película muestra un grupo de personas que percibe que todo el sistema es una gran estafa y que finalizará por estallar, pero olvídate de los buenos sentimientos… Al descubrirlo no deciden salir corriendo a la calle para denunciar este fraude monumental sino que esprintan por llegar al banco y crear nuevos activos financieros (las peores armas actuales para crear miseria generalizada) para poderse aprovechar del futuro cadáver.

Por ello, entre las inmensas excelentes ideas de la película, se añaden unas “pastillas” en que personajes célebres explican directamente a los espectadores, el funcionamiento de estos nombres raros de obligaciones y prácticas bancarias, desde los más insólitos lugares (bañeras, champán, restaurante…).
Si no fuese real, sería realmente tronchante (recuerdo la alucinación ante las afirmaciones de las autoridades financieras en esa época cuando imploraban que se debía salvar el sistema financiero cuando ellos mismos habían aprobado activos financieros que permitían apostar contra el propio sistema financiero, es decir, gano una pasta si las acciones bajan, o sea, ¡¡¡cuanto más se desplome la bolsa, más me forro!!!

Una película fuera del discurso habitual. Sincera, lúcida y quirúrgica, sobre cómo no han tomado el pelo con esta crisis mundial (por supuesto, sin responsable alguno hasta la fecha). Esta adaptación del alucinante libro de Michael Lewis es la única que ha empezado a ver brotes verdes: 5 nominaciones a los Oscars y otros 5 a los BAFTA, 4 nominaciones a los Globos de Oro… No te la pierdas, igual así no nos dejamos volver a engañar.
¡¡No me la perderé Carlos!!
Un saludoo
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