por Carlos Loureda
Acercándonos al ecuador del festival, la jornada de hoy nos ha deparado en la sección oficial, buenas y malas noticias. Empecemos por estas últimas, para olvidarlas lo más rápidamente posible.
Sexta película en competición, Oktober November, presentaba todos los alicientes de calidad de un director de muy buen gusto y trayectoria impecable. El austriaco Götz Spielmann, conocido sobre todo por Revanche (2008), utiliza casi dos horas para mostrarnos una historia de secretos familiares, todo hay que decirlo, nada del otro mundo, de un par de hermanas en el marco, eso sí, incomparablemente fotogénico de los Alpes.A la máxima conocida de que cada familia infeliz sufre a su manera, aquí, se hace, supongo, a la austriaca. El guión no despierta grandes pasiones, los actores están correctos, la dirección es académica (con un floritura arty, cámara subjetiva en los momentos del infarto del padre, ¿por qué?, no se me ocurre ninguna explicación), una nota exótica (metáfora del pez fuera del agua… ¿original, original?, no mucho que se diga). Eso sí, el título perfecto para los que opinan, como yo, que esos meses del inicio de otoño, si no se pueblan de buenas historias son monótonos, tristes y muy fríos.
Pasamos a las buenas noticias. Hacía tiempo que no veía que las colas más impresionantes de la sección oficial, las están creando las producciones nacionales. Eso ya es de por sí, un notición. Hoy le tocaba el turno a David Trueba. Qué talento de escritura, de saber contar, como muy pocos en la industria, una historia tan redonda, llenarla de personajes adorables y momentos tan tiernos…
Estoy seguro que Vivir es fácil con los ojos cerrados (séptima en competición, esperemos que le dé mucha suerte) conquistará al público y arrasará en los Goyas. Empezando por Javier Cámara, impecable (con ese toque de personaje de las películas de Jacques Tati que le va a la perfección), si es que tenemos una cantera de actores que es un lujo asiatico. Esta historia real, casi cuento, de un profesor de inglés que enseña el idioma en 1966 (con tanto poco éxito como se ha podido comprobar recientemente en algún foro internacional) a base de canciones de los Beatles, es de una ternura infinita. Pero no olvidemos un aspecto que puede que pase inadvertido bajo esta aparente suavidad narrativa. La violencia con que se ejerce el poder, la permanencia actual de muchas de las actitudes de esa España de los 60 y, lo más interesante aún, la actitud para enfrentarse a ella, añaden una crítica social más que interesante, en el cine del talentoso David Trueba. Gran día.
Y por si fuera poco, la sorpresa y lo mejor hasta el momento, sin duda alguna, de Nuev@s Director@s, Of horses and men del islandés Benedikt Erlingsson. Maravillosamente inspirada de la trilogía de la vida de Pasolini, con toques de Buñuel, este repaso a los siete pecados capitales puede colocarse en el Palmarés (pero esta sección estará en la próxima Crónica… y es que no paramos).