por Carlos Loureda
Empiezan a desfilar los títulos de créditos finales en el primer pase de prensa de la tercera excelente película de Ben Affleck y se escucha una voz entre los asistentes que grita: vaya americanada, a lo que otro responde diciendo, vaya tontería acabas de decir. Y eso que todavía no habíamos visto unas frases de uno de los protagonistas reales que se escuchan casi al final de los títulos que, en mi opinión, es lo único que sobra de la película.Calificar a toda producción americana por la defensa de unos valores comunes que, puede que no compartamos, a americanada es igual de reductor que hacer lo mismo con las españoladas. Blancanieves no tiene nada que ver con El muerto y ser feliz ni con El artista y la modelo.
Existe un cine americano que, por su historia y condiciones de producción, se ha denominado clásico, las tres películas del correcto actor y excelente director, Ben Affleck, Adiós, pequeña, adiós (2007), The town, Ciudad de ladrones (2010) y Argo (2012) se inscriben en esa línea del entretenimiento que le deja al espectador la facultad de elegir dónde situarse: en el fondo, en la forma o en ambos lados.
De nuevo una adaptación, a partir de un artículo de la revista Wired, el director mezcla dos universos completamente alejados, el rescate de unos americanos en Irán a finales de los 70 y el mundo de Hollywood, que en realidad son hechos que ocurrieron en la realidad.
La película posee un sentido del ritmo exquisito que no pierde en ningún momento. Incluso la última parte recuerda los mejores momentos de suspense del maestro Hitchcock, como “con sus botellas de champán que se acaban en la fiesta”, una tensión en la que es espectador deja sus uñas y la manga de la camisa de su acompañante.John Goodman y Alan Arkin, excelentes, se reservan las mejores réplicas sobre la industria del cine que se oyen en una película desde hace mucho tiempo. ¿Cuántos Oscar se llevará Argo? Me imagino que bastantes: guión, actores secundarios, dirección… esta mezcla de thriller político y homenaje velado a la industria de los sueños tiene todos los ingredientes para cautivar a los académicos y al público en general.
Por timidez he cambiado la cabecera del artículo que, originalmente, debía titularse, Argo-derse y aguantarse al que no le guste el buen cine americano. Si no se ha visto la película puede parecer zafio o vulgar. Cuando veas el film lo entenderás, pero reconozco que lo pienso. La defensa del buen cine, ya sea vietnamita, boliviano o congolés, debe ser independiente de su nacionalidad. A mí me encanta el cine iraní y no comparto, para nada, la política de sus gobernantes. Cuando el mundo entero se rendía ante los pies de Carlos Saura, no creo que estuviesen pensando en la persona que dirigía el país.Ayer estuvimos de lo más vintage: Après Mai, principios de los 70; El muerto y ser feliz, lleno de construcciones de los 70 también; Argo, finales de los 70 y No, años 80. A ver hoy.
Continuará…
Estoy muy interesado en el cine y por eso les cuelgo esta encuesta sobre cine. https://docs.google.com/spreadsheet/embeddedform?formkey=dDZ1T2J1b3FCX2FTNzVwVjE5Ry1ISEE6MQ
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Ánimo amigo y que te contesten muchos lectores. Ya nos comentarás los resultados.
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Supongo que es como todo,a unos les parecerá una americanada y a otros no.
A mi,por tu crítica,me parece muy interesante el tema de la película y siempre da gusto ver pelis con el cine dentro del cine.
Un saludo!!
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A mí me encantó y se nota, ¿no? Un peliculón, de verdad, y el cine dentro del cine es genial…
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