La Cazadora de Águilas (The Eagle Huntress) y Sonita, Mongolia e Irán 2016


La visión de ciertas películas produce una euforia inmediata, como en el caso de estas dos producciones tan distanciadas en el espacio físico, y tan próximas en su temática. Si bien los retratos de audaces mujeres que luchan contra un orden establecido que las minusvalora, es más habitual en la pantalla oscura, la fuerza arrebatadora de las protagonistas de estos dos documentales es más impresionante dado que se trata de dos adolescentes, en la frontera de la niñez.

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Aisholpan, desde sus recién cumplidos 13 años, siempre ha admirado a su padre cuando adiestra águilas imperiales para cazar en las sublimes estepas de Mongolia. Otto Bell, el director de este documental rodado como una ficción, descubrió una foto de la protagonista besando un águila, casi tan grande como ella, supo que tenía que filmar su historia. Y no se equivocó viendo su selección en Sundance y su nominación como mejor documental en los premios de la academia británica de cine.

Rodada en dos años para poder captar los grandes momentos de la historia de esta joven amazona, la fotografía de la película combina una espectacular fotografía y un suspense digno de cualquier ficción. La lucha de Aisholpan frente a los patriarcas de su etnia que ven con malos ojos y peores palabras su inquebrantable decisión de dedicarse a una actividad exclusivamente reservada a los hombres, levanta ampollas en su círculo y entusiasmo en la sala de butacas. Una excelente película que debería también visionarse en las aulas.

Miles de kilómetros más lejos, Sonita, rozando los 18 años, inmigrante clandestina afgana en Irán, también sueña con cambiar su realidad. De nuevo, la magia de un encuentro inesperado (la directora, Rokhsareh Ghaem Maghami, la encontró gracias a su prima que trabaja en House of Affection, una ONG que recoge a jóvenes y niños de la calle) ha creado uno de los documentales más impactantes del año.

En primer lugar porque durante el rodaje del documental reaparece la madre de la protagonista. La emoción del primer momento se desvanece cuando nos enteramos que su idea es celebrar un matrimonio concertado por 9.000 Euros. Pero también porque Sonita, que escribe e interpreta rap (su clip de Brides fior sale que se encuentra fácilmente en internet es alucinante), recibe una oferta de una escuela americana para aprender a cantar (situación que abre otro tema apasionante, dado que la realizadora del documental deja de lado su papel de testigo y pasa a ser también parte de la historia).

Mongolia e Irán, dos países alejados de nuestra cultura, que se disfrutarán en Granada, dado que el excelente Festival Cines del Sur (que cumple sus 10 años) las ha incluido en su mimada y exquisita programación. Dos películas de obligada visión. Feliz cumpleaños, Festival Cines del Sur, y buen festival a todos/as.

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