El cine actual no se detiene ante ninguna convención. Sobrepasa ideologías, propone debates, enfrenta discursos, muestra experiencias, relata sentimientos y fotografía vivencias. El mejor cine de hoy ni es puritano, ni se sitúa en el otro lado, obscuro e inverso, no se posiciona en juez de nadie. Y Bang Gang es una impecable muestra de esa libertad que sigue disfrutando uno de los espacios que escapa a la contención actual.
Eva Husson descubrió, cuando tenía apenas veinte años, un suceso que en Estados Unidos que le sorprendió. Gran parte de los alumnos de un instituto americano de clase media habían contraído enfermedades de transmisión sexual, como consecuencia de las orgías que organizaban entre ellos. Más tarde confirmó que también había ocurrido lo mismo en diversos lugares de Francia.
La realizadora Eva Husson se lanzó de cabeza a un proyecto de alto voltaje. Primero la financiación, más que complicada para un tema tan delicado, y un año y medio para encontrar a jóvenes intérpretes que tenían que estar no sólo a gusto con sus roles sino también con su cuerpo, dadas las innumerables escenas sin gran despliegue de vestuario.
La historia, en un decadente Biarritz o Anglet, narra el encuentro entre los adolescentes que se enamoran. Chica encuentra chico, chico ignora chica, chica decide que la cosa no quedará ahí. Lo fascinante de Gang Bang es que, desde sus primeras imágenes, se convierte en una reactualización de Las Amistades Peligrosas, en que las cartas se han transformado en mensajes por el What’s Up, el deseo es tan intenso como en 1782, pero lo único que ha variado es la edad de sus protagonistas, 16 años.
Adolescentes más conectados, más despiertos, menos infantiles. Queramos o no, la juventud se reduce muy temprano de repente y, hecho curioso, luego se prolonga hasta muy tarde. En algunos casos, hasta demasiado tarde.
Presentada en el Festival Internacional de Film Independiente de Burdeos (FIFIB), así como en Toronto, la película cautivó tanto al público como a la crítica, por su elegancia, música y sensibilidad de una historia nada fácil de contar. Una película que se estrena próximamente en su país y que, sin duda, encontrará muchos espectadores y que nosotros colocaremos en la próxima lista del HOTISIMO del año (de inminente publicación).
Aunque el juego de palabras sea evidente, no puedo evitar decir que la nueva hornada de jóvenes intérpretes franceses (nuestro “relevo” habitual en Fotogramas), con Finnegan Oldfield, Marilyn Lima y Lorenzo Lefebvre, promete ser de lo más calentita.