Con cada vez mayor frecuencia (en realidad, desde el origen del séptimo arte) el cine se anticipa a la realidad, la precede y presenta un realismo, pese a sus ficciones narrativas, que roza el género documental. Películas que provocan escalofríos retardados cuando la actualidad parece reproducir lo que, meses o años antes, habíamos sufrido en la gran pantalla.
En 2012, el excelente cineasta Philippe Faucon estrena La Désintégration. La historia de tres amigos, Ali, Nasser y Hamza, de las afueras de Lile, extrarradio devastado por el paro, la violencia y la falta de oportunidades para la juventud, que se cruzan con Djamel, yihadista manipulador que sabe enredarles, poco a poco, en sus creencias, manipular sus frustraciones y conseguir que se conviertan en terroristas suicidas por una causa que, meses antes, ni siquiera conocían.
Una ficción que alcanza su máximo punto de tensión en la sala cuando, ante el inminente atentado que preparan, uno de ellos decide esposar sus muñecas al volante del coche bomba y atar su pie al acelerador para evitar cualquier posibilidad de marcha atrás.
Desde otra perspectiva, pero en igual plano de fanatismo y radicalidad, este año se estrenaba Un Français, del artista y también escritor, Diastème, en que un inspiradísimo actor, Alban Lenoir, encarnaba la redención de un skinhead neonazi y de extrema derecha, totalmente integrado como francés de origen, que se dedica con sus amigos a machacar a todo individuo que tenga la piel más cura que ellos. De nuevo, los extremos se tocan y acaba por traspasar los límites cuando hace tragarse a una de sus víctimas un litro de desatascador.
Este fin de semana las imágenes acumuladas de estas y otras películas se mezclaban con la cruda y espantosa realidad, llegando a casi una ardiente premonición en un filme, Made in France, rodado antes de los atentados de enero, que debía presentarse este miércoles (día habitual de nueva cartelera en Francia) y que, por razones obvias, ha visto retrasado de nuevo su estreno.
En esta ocasión su director, Nicolas Boukhrief, contaba la infiltración de un periodista en una cédula yihadista, que prepara un atentado contra civiles en el centro de París, y que acaba causando más de un centenar de muertos en los barrios de la capital francesa que han sido tristes protagonistas de este fin de semana.
De hecho, el cartel de la película, que mostraba la torre Eiffel sostenida por un fusil de asalto, el viernes aún estaba en muchísimas estaciones de metro, paredes y expositores de París (que se han retirado desde el sábado pasado). Una premoción en que la realidad se anticipó de solo tres días.
En todas ellas, la sensación del espectador es la misma. Todos estos individuos, independientemente de su lugar de nacimiento, desde el momento en que entran en la espiral de la violencia, dejan de lado su nacionalidad y su religión, se convierten, simple y llanamente, en asesinos de un país sin límites ni fronteras, llamado terror, y con un único libro sagrado, el que escriben con la sangre de sus inocentes víctimas.
[…] La Désintégration, Un Français y Made in France […]
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Mira, que leyendote acerca de esta entrada, que el cine se adelanto a la realidad y … … … bueno es que eso es el cine, mucho nos muestra de la sociedad donde vivimos y de este mundo donde todavia el nazismo es vigente, donde la intolerancia con el otro llega a aterradores atentados y la respuesta todavia es mas aterradora, alegando legitima defensa se bombardean pueblos, que repuganante todo eso… alguna vez el colonialismo europeo deberia reconocer su responsabilidad en la actual situación y… … al respecto recuerdo algo que ya habia leido de algunas de tus entradas (siempre te leo, y la verdad es que he de agradecerte, he llegado a muy buenas pelis gracias a tu blog), pero… en una dices algo asi: que pareciera que los barbaros aztecas hgubieran dejado no se que cosas…Bueno…BARBAROS AZTECAS¡¡¡, Mira carlos, no seas obtuso al respecto… quienes fueron más barbaros? según la historia que se cuenta por aca… Los españoles fueron las bestias que nos acabaron nuestro mundo, atropellaron nuestra cosmovisión y atacaron la inocencia de nuestros pueblos americanos, se de tribus que se suicidadron en masa por la llegada de los Barbaros españoles que fueron capaces de matar sacerdotes en oración sin ninguna contemplación, ningún AZTECA mató a grupos de cristianos mientras estaban congregado en su iglesia rezando le a su dios intolerante con la diferencia… fue feo leerte lo de los barbaros aztecas y … … … bueno en general me gusta lo que escribes y he aprovechado y visto muy buen cien… pero no no trates asi a ninguno de los pueblos que los Barbaros y sucios españoles acabaron y humillaron y violaron … disculpa lo errores ortograficos, espero se entienda lo que queria expresarte..
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Querido No importa: Gracias por tus comentarios. Me extraña mucho que haya escrito algo pero, por favor, dime de qué artículo hablas y así lo puedo leer concretamente. Respecto a los aztecas estoy tan seguro de que hubo bárbaros aztecas como de que existieron bárbaros españoles. La maldad no va con la nacionalidad sino con la personalidad de cada uno. Gracias amigo y hasta pronto.
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