Les Contes de la Nuit, Francia 2011


Michel Ocelot es un hombre feliz. Estado inhabitual de los directores de cine de animación, género destinado erróneamente en la mente de la mayoría de los espectadores a un público infantil. Yo diría, inmensamente feliz, con este tipo de cine que encuentra aún más barreras, que las ya habituales y numerosas, en el circuito de la distribución y exhibición. Kirikou, entrañable y tierno personaje, que con su primera entrega conquistó casi 2 millones de espectadores en su país y el corazón del resto del planeta, le ha permitido alcanzar la total libertad en sus proyectos, por muy quijotescos que parezcan.

Por eso Michel Ocelot ha vuelto a sus orígenes. A los tiempos en que era mucho menos feliz, a los comienzos de sus obras cinematográficas de animación de sombras, cuando todo el mundo le miraba con cara de sorpresa y pasó tanto tiempo en el paro, según me confesó.

Y su regreso a los sueños más inimaginables, gracias a la libertad que el éxito de Kirikou le ha proporcionado, ha decidido que será por la puerta grande de un espectáculo inédito en la historia del cine: una película de animación de sombras chinas en 3D.

Antes de entrar en la sala me preguntaba de qué manera una sombra puede tener 3 dimensiones o cómo se podría aplicar este procedimiento a una imagen tan plana como una sombra china. Lo que no me imaginaba es que Michel Ocelot había concebido una obra en que la imaginación del espectador ante el film es tan importante como el trabajo del realizador. Las sombras, magistralmente recortadas, las llena el público con sus imágenes y son los fondos de cada fotograma, barrocos, arabescos, imaginativos y audaces, lo que se proyectan en 3D.

Michel Ocelot es un cuentista redomado. Le apasionan las historias y sabe contarlas como nadie. La película es el Cinema Paradiso de la animación. En un antiguo cine todas las noches un técnico, que ha pasado toda su vida proyectando películas, y dos jóvenes se reúnen en este mágico lugar donde todo es posible.

Estos personajes se inventan aventuras, desde África hasta Asia y de la época medieval hasta la actualidad, se disfrazan y representan seis maravillosos cuentos: El hombre lobo, El pequeño Juan y la Bella Desconocida, El niño Tantán, El elegido de la ciudad de oro, El niño que no mentía nunca y La joven cierva y el hijo del arquitecto. Con escuchar los títulos ya nos evadimos…

Un momento de magia que nos transporta a la época en que soñar no sólo estaba permitido sino que era obligatorio. Presente en la selección oficial del Festival de Berlín 2011, Michel Ocelot ha creado obras extraordinarias (Azur y Asmar, estimo que es una obra maestra en su género) y para los incondicionales de Kirikou, una novedad confesada por su propio autor: su próximo trabajo será la continuación de sus aventuras en un film que, casi seguro, se titulará, Kirikou, los hombres y las mujeres.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s