Pocos directores americanos han sabido despertar un interés tan pronunciado, salvando quizás a Jeff Nichols, como J.C. Chandor. En sólo tres películas ha logrado conquistar la retina del espectador, brillante debut en la década actual con Margin Call y sublime continuación en Cuando todo está perdido (2013), combinando sus propios guiones, inteligentes, anclados en la actualidad y críticos con las desviaciones del tan defendido sueño americano.Adentrarse en su último film se convierte en un baño de inspiraciones de la mejor tradición cinematográfica americana, los personajes mafiosos de Martin Scorsese y Francis Ford Coppola y sus abogados sin escrúpulos, el ambiente de decadencia neoyorkina de los años 70 y 80 de William Friedkin y, por encima de todo, el toque crítico político y social de Sidney Lumet (un maestro que hasta ahora no había encontrado un digno sucesor).
Abel Morales, prototipo de la perfecta encarnación del sueño americano, lucha por mantener en los límites de la legalidad su negocio de venta de combustible en 1981, el año en que la criminalidad de la Gran Manzana alcanzó su nivel más elevado. Sin embargo sus camiones están siendo continuamente asaltados, posiblemente alguien de la competencia, y además necesita liquidez, en breve, para firmar una venta en la que ha dejado un importante depósito. En resumen, o la situación se arregla o es la bancarrota inminente.
El protagonista se ve asaltado no sólo por ladrones sino también por todo un sistema perfectamente establecido: no hay límites cuando se trata de ganar dinero. Empezando por su esposa, Jessica Chastain, impagable como siempre y más arpía que Lady Macbeth, rubia en armonía con el color dorado del metal rey, dado que lo más le gusta en amasarlo en grandes cantidades. Acostumbrada a las prácticas gansteriles de su papaíto, no entiende los sosos modales de su marido y prefiere las tradiciones familiares.
El protagonista de la película, interpretado por Oscar Isaac, se debate entre sus valores de honestidad y ética y la tremenda presión que ejercen a su alrededor todos sus allegados. Un film que casi podría verse como precuela de Margin Call, dado que todo lo que ha ocurrido en los últimos años deriva de las prácticas que se instalaron en aquella época. Cuando pienso que este papel estaba pensado en principio para Javier Bardem, se me pone la carne de gallina.
2015 comienza muy fuerte en la gran pantalla. Como siga así vamos a tener todas las mejores del año, estrenadas en el mes de enero. Esos abrigos sobre la pulcra nieve y las aceras sucias, los esculturales muelles neoyorkinos con vistas de película, las carreteras sinuosas repletas de tráfico, el corte de pelo de la protagonista «tan Ángeles de Charlie» (versión Mefistófeles)… ¿2015, el año más cinematográfico?
Pues si todo sigue así,seguramente lo será,asique una alegría más para los amantes del cine.
Un saludo.
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Querido Fernando: no había pensado en lo premonitorio del título. Hasta muy pronto, compa
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