Con cada edición, un nuevo diseño. Encontrar la idea que exprese, gráficamente mejor en un cartel, los deseos del certamen, sus anhelos y su filosofía, es una ardua tarea que, en muchas ocasiones, no llega a buen puerto, pero, en otras, se convierte en objeto de colección y acaba siendo buscado por los aficionados. Vamos a repasar las tendencias y elegir, como siempre, muy subjetivamente, los mejores y peores del año en curso. Parece evidente que los festivales representados por animales han decidido darles el mayor protagonismo. Berlín, con el perfil de su Oso en múltiples colores, frente al elegante Leopardo de Locarno, con fondo negro, para resaltar su silueta. Bestial.
Los clásicos Cannes y Venecia han preferido jugar la baza de la retrospectiva, en un delicioso juego de homenaje invertido. El festival francés poniendo como protagonista al actor italiano, Marcello Mastroianni, y el festival italiano, con una evocación de la película francesa dirigida por François Truffaut en 1959, Los Cuatrocientos Golpes. Te quiero mucho… y yo más.
Otros han optado por la estética cubista, versión 2014, mezclado con la influencia del noveno arte, el cómic. Ejemplos notables: Durban (Sudáfrica) y Valencia.
Geométricos y futuristas, con el ojo o la mirada como protagonista, en un arte que se disfruta tanto con la vista, no faltan cada año en los festivales internacionales. En esta edición, Edimburgo y Seattle han aportado dos buenos ejemplos.
Optar por lo figurativo es casi un acto de fe en lo humano en un año en el que el cine ha machacado las neuronas, destruido los cuerpos, desmaterializado al hombre y las relaciones (Trascendente, Lucy, Her…). Nueva York y Panamá han reivindicado la figura humana pero mezclada con otros elementos.
Y, tras las tendencias, nuestras nominaciones, en espera de vuestros votos, comentarios o candidaturas alternativas. Sin lugar a dudas, dos certámenes se llevan el premio a los más autorreferenciales y sosos del año. Karlovy Vary (el número de su edición en minimalismo gráfico) y San Sebastián (letras en tres idiomas sobre un triste gris, menos mal que la edición va en rojo).
El cartel más arriesgado, irreverente y lúcido de 2014 lo consigue el festival de Houston. Un alegato contra la crítica internacional que desea ejercer sobre un púlpito, febril ante la idea de establecer doctrina y, a menudo, decimonónica, frente a la realidad y al verdadero protagonista, todos y cada uno de los espectadores.
Y, por fin, el cartel más inteligente, tierno y eficaz. Una idea magnífica, con la referencia cinéfila perfecta (King Kong, 1933), que dibuja de inmediato una sonrisa en cada uno de nosotros para anunciar el festival de cortos de Nueva York.
(Actualizado finales de agosto) A petición popular añadimos otro importante cartel de la cosecha 2014, el del excelente festival de Sitges. Una sabia mezcla de terror, fantástico y cinefilia, en el que sobresale el ojo o la mirada como protagonista, en el peculiar estilo sangriento y canalla que tanto nos gusta del festival.
(Diciembre: última actualización del año) Para completar el panorama de los mejores carteles del año, añadimos los últimos nacionales de 2014, Sevilla y Gijón. Ambos confirman que la tendencia nacional ha sido de muchos globos y grandes ojos.
Hasta en la sección Zabaltegi del Festival de San Sebastián lucían dos pupilas, dilatadas a fuerza de pasar horas en la sala oscura, como dos soles.
Y es que, aunque visto el calendario de producciones, todo el mundo temía un año de transición cinematográfica sin grandes sorpresas, en espera de los potentes estrenos programados en 2015 (Paul Thomas Anderson, Brad Bird, Tim Burton, Michael Mann, George Miller… y todos los invisibles previstos), el año que finaliza en breve ha resultado más rico y variado de lo esperado. Aquí estaremos para confirmarlo y, por supuesto, contamos contigo para disfrutarlo juntos. Un 2015 de cine a todos/as.
Falta claramente el cartel de Sitges 2014, chicos!
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¿Y el festival de Sitges?
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Ohhh..el de Ny es taaan tiernooo,jajajaa,,me encanta.Y también me quedo con el de Cannes y el de Houston,porque es cierto que todos somos un poco críticos al ver una peli.
Un saludo.
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El del Festival de San Sebastian es taaaan soso, nada original, letras negras y un 62 en rojo sobre un fondo blanco…
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