El hada (La Fée), Bélgica 2011


Un enorme placer se desprende al ver el último trabajo de este trio infernal formado por Dominique Abel, Fiona Gordon y Bruno Romy. Tercera película, tras L’Iceberg y Rumba, de este trio, compuesto por una belga, un francés y un australiano (parece un chiste), surrealista e imaginativo que prosigue con esta nueva entrega las aventuras de los personajes de Dom y Fiona, creados en su primera incursión en la gran pantalla.

La comedia burlesca nació con los primeros días del cine. Las andanzas de sus protagonistas, generalmente solitarios, vagabundos, al margen de la sociedad pero con un enorme corazón, conquistaron al público desde su aparición y permitieron a sus actores convertirse en las primeras estrellas internacionales.

Charles Chaplin, Buster Keaton y Harold Lloyd, los tres maestros del género, abrieron el camino a un sinfín de imitadores, con mayor o menor inspiración, hasta hoy, con un pico de calidad en el fabuloso actor Jacques Tati. Sus gags de persecuciones, tropiezos, meteduras de pata, equivocaciones, trompazos y sentimentalismo fueron perdiendo, poco a poco, público, pero aún conservan fieles seguidores y la comedia actual no oculta su poderosa influencia.

Sin embargo, el burlesco puro es tan complicado de obtener que sólo una alta concentración de creatividad y energía conduce a un buen resultado sin pasar por el ridículo. Esta película es un excelente ejemplo de un inagotable baúl repleto de gags, situaciones y diálogos dignos de la época dorada del género.

El típico cuento del hada que concede tres deseos se convierte en manos de estos alocados belgas en un regalo para la vista. Actualización obligatoria para adaptarlo al gusto del siglo XXI, el castillo se convierte en un hotel de Le Havre (ciudad últimamente muy de moda en las pantallas, Tournéeo el último film de Aki Kaurismäki), el príncipe es el portero de noche, el reino la barra de un bar, el caballo una bicicleta…

El ritmo se acelera y de las sonrisas iniciales se pasa a la carcajada general al final de la película. Los actores están increíbles en este film tan visual: expresivos al límite y capaces de implicarse en una actuación, por momentos, extraordinariamente física. Un embarazo instantáneo, un camarero miope, un coro femenino de jugadoras de hockey, un bebé a punto de desplomarse del rótulo del hotel o la persecución más lenta de la historia del cine son momentos gloriosos para los espectadores que aprecian la poesía surrealista e imprevisible de la existencia humana y sus tribulaciones.

2 comentarios

    • Querida Isabel: mil gracias por tu comentario. Espero que sigas disfrutando del blos. Cuento contigo. A mí también me gustó mucho Rumba, es como volver a ver a los grandes clásicos del cine mudo. Hasta muy pronto, amiga.

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