Regreso al futuro


por Carlos Loureda

José Luis Rebordinos, el director del Festival de San Sebastián, tiene un plan. Un buen plan. Aunque parezca que llevamos semanas hablando, en realidad hemos pasado un poco menos de una hora juntos, y se le ve tan emocionado con el futuro del Festival que lo dejo para lo último.

El cine comienza en la escuela

Frente al habitual y aburrido discurso de que los espectadores ya no van al cine, José Luis Rebordinos analiza la situación desde una perspectiva mucho más racional e inteligente. Datos como la baja cuota de pantalla que obtiene el cine nacional (10 o 12% frente al 35 o 40% de otros países) no son hechos inexplicables. Mi posición personal es mucho más crítica que los discursos trillados que culpabilizan a los espectadores como únicos responsables. El director comparte la sensación de una falta de iniciativa en la escuela para que los jóvenes vuelvan a ver el cine en la gran pantalla. Una labor educativa necesaria que no se está realizando, que comienza en la escuela, continua en la universidad y se consolida en los diferentes festivales. Una educación de lo visual que no es incompatible con el consumo canalizado y legal de lo audiovisual en la red, un hecho contra el que no se puede luchar dado que es el producto del signo de los tiempos actuales. Por ello, el festival va a crear un carné para los jóvenes de 18 a 29 que les proporcionará un descuento del 50% en el precio de las entradas o, incluso, sesiones gratuitas especialmente dedicadas a este sector de la población.

Da gusto escuchar a alguien que piensa en el espectador del futuro porque, en el hecho de que un joven hoy vaya al cine gratis, hay una alta probabilidad de que continúe haciéndolo el resto de su vida.

Cuestión de costumbre que confirma que películas “difíciles” obtengan mejores resultados en su distribución en las salas de la ciudad de San Sebastián. Un efecto colateral derivado del festival y del acceso a una exhibición más arriesgada y plural.

O como otro detalle, la anécdota del director sobre su etapa en la Semana de Cine Fantástico y de Terror. Hace 21 años, en la primera edición año pusimos varias dobladas y 3 o 4 subtituladas. La gente comenzó a silbar en la sala y gritar “es leída, es leída”. 5 años después se acabó. Y hoy si pusiéramos una película doblada en la Semana del Terror, nos linchan. Y es el mismo público. Hay que educar a la gente. La cuestión del cine se estudia de forma separada y parece que es un problema de cultura, de educación o de industria. Es un problema de todos y hasta que todos los ministerios no hagan una política conjunta, coherente y coordinada, para que lo audiovisual tenga unas posibilidades y unas formas correctas de producción, de distribución y de exhibición, vamos mal. Bravo José Luis, totalmente de acuerdo contigo.

Hoy en día los productos culturales, de los que una gran parte corresponde al sector cinematográfico, representan aproximadamente el 15% del PIB estatal español, y aún estamos a años luz de lo que otros países consiguen. No llego a comprender cómo el conjunto de los gobernantes nacionales llevan décadas sin desarrollar una política cultural activa, eficaz y creativa. Me indigna la prisa que se dan en seguir los ejemplos o dictados de otros dirigentes europeos en ciertos aspectos (que, todo hay que decirlo, éstos no han llevado a cabo) pero olvidan aplicar las políticas culturales que funcionan en esos países durante muchos años con excelentes resultados.

En los años 70 los españoles cruzaban la frontera para ir a ver las películas, subidas de tono, que el sistema político vigente de aquella época consideraba perjudicial para nuestras mentes. 40 años después, el director del Festival reconoce que va frecuentemente a Biarritz o a Bayona, que están a media hora de San Sebastián, para poder ver algún que otro film, en esta ocasión nada subido de tono, que no tiene la oportunidad de disfrutar en su país. Por suerte las cosas han cambiado mucho desde entonces pero en este tema seguimos parecidos. Algo hemos hecho mal o, en todo caso, algo no lo estamos haciendo bien del todo.

Fundación MAPFRE, el superhéroe que aparece en el último minuto

Preocupado, como buen vasco, por el tema de las canteras, José Luis estaba interesado en la cadena niños-jóvenes. Solucionado el tema de estos últimos con este carné, al director le faltaba el eslabón inicial: la infancia. Un sector para el que el limitado presupuesto del Festival no dejaba mucho margen. Pero como en las buenas películas, en el último momento apareció un superhéroe que iba a cambiar las cosas.

Afortunadamente alguien que se ha cruzado en este camino, y está siendo un compañero de viaje espectacular, es la Fundación MAPFRE. Llegamos a un acuerdo con ellos para que pudiesen colaborar con el Festival. Ellos tienen un Festival denominado 4+1, que intenta mostrar el cine invisible y que está realizando una labor estupenda (juro por mi honor que son palabras literales del director; Fotogramas, evidentemente, también apoya y colabora con este Festival), y en San Sebastián van a montar un ciclo de cine mexicano con 9 películas de los últimos años y un encuentro entre productores mexicanos y vascos con el INCINE. Y, gracias a estos contactos, la Fundación MAPFRE nos hizo una propuesta maravillosa. Montar una carpa de 120 m² en la plaza Oquendo de talleres para niños entre 4 y 11 años: disfraces para que interpreten diferentes papeles, dibujar para ver que se pueden formar planos en movimientos y mil actividades diarias, durante toda la duración del festival.

Los seleccionados de las próximas ediciones del Festival

Pero José Luis es ambicioso y también piensa en el futuro del Festival y, en especial, en los profesionales del medio audiovisual.

El encuentro de Estudiantes de Cine es el gran desconocido del Festival y tendremos que hacer un esfuerzo mayor en los próximos años para venderlo mejor: 17 cortos seleccionados de entre 134 vistos de 56 escuelas de 25 países, talleres, debates, encuentros… Es muy importante para nosotros y dentro de la locura del Festival no hemos llegado a presentarlo bien. Pero lo vamos a conseguir y, además, queremos ampliarlo en los próximos años.

Las películas que sorprenderán

José Luis tiene un buen olfato (predijo que Una separación ganaría el Oso de Berlín en 2011 y acertó) por lo que aprovecho para nos cuente las películas o secciones más sorprendentes.

Nader y Simin, Una Separación (Jodaeiye Nader az Simin), de Asghar Farhadi

Acusados de programar o invitar a los mismos creadores de siempre, los festivales internacionales abren sus puertas cada vez más a directores desconocidos o novatos en la profesión y a los formatos más maltratados, el documental o la animación, por el mundo de la exhibición y distribución. San Sebastián no escapa a esta tendencia y José Luis Rebordinos apuesta por algunos trabajos que sorprenderán al público: João Canijo, un director portugués poco conocido, o Filippos Tsitos, tercera obra de este realizador griego, en la sección oficial; animación española como Arrugas, de Ignacio Ferreras, o francesa con Le chat du rabbin de Johann Sfar; Snowtown en Especiales Medianoche; Jodaeiye Nader az Simin (Una Separación), que es una obra maestra (ya somos dos los que pensamos lo mismo) en Perlas; un episodio de una serie The day after de Hirokazu Kore-eda en Especiales; documentales como Tras las luces de Sandra Sánchez en Nuevos directores, o Death of a Japanesse Salesman de Mani Sunada, ayudante de dirección de Hirokazu Kore-eda y presentada en primer mundial. Esta última la acabamos de descubrir y si la hubiésemos visto antes, hubiese estado en competición oficial. Estamos ante el nacimiento de una gran realizadora. Ópera prima documental que filma a su padre, hombre de negocios jubilado, desde que le descubren un cáncer hasta que se muere. Lo filma todo, es brutal, emocionante, rodada con un exquisito pudor pero que, al fin y al cabo, constituye un terrible y emotivo canto a la vida.

The Day After, de Hirokazu Kore-eda

Durante toda la entrevista los avisos sonoros de los correos recibidos en su ordenador no paraban de aumentar, según pasaban los minutos. Al final en la grabación de la entrevista suenan como los latidos de un corazón que se acelera por la impaciencia o las ganas de empezar y de convencer.

José Luis Rebordinos puede llevar a cabo una excelente labor al frente de esta nave de los sueños, que es el Festival de San Sebastián. Tiene una capacidad de convicción tal, que sería capaz de organizar una semana de Cine y Surf en pleno desierto del Sahara con éxito, la humildad de reconocer que todo se puede mejorar y la sabiduría de comparar el certamen con los mejores Festivales del mundo para equipararse con ellos o superarlos, si es posible. Pero sobre todo posee la certeza de que un Festival es un lugar donde se intercambian experiencias, se comprende mejor la realidad de un mundo cada vez más complejo y, al mismo tiempo, el público puede soñar con mejorarlo, e incluso, alguien intente hacerlo.

Se ha acabado el flashback. Son las 9 de la mañana. 16 de septiembre de 2011. El Festival va a comenzar. Tomen asiento. Se abre el telón. Las primeras imágenes aparecen en pantalla. Una maleta cerrada de la que desconocemos su contenido. 9 días para descubrirlo.

Buen festival a todos.

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