Una sesión doble de cine con Super 8 y Attack the Block en cartelera se transforma en el divertido e interesante juego de los siete errores. Ambos directores han trabajado con Spielberg, J. J. Abrams reparando los rollos de super 8 (posible título en homenaje) que Steven Spielberg había realizado en su adolescencia, y Joe Cornish, el director de este primer film, en la escritura del guión de las Aventuras de Tintín, si bien el título es una referencia-homenaje a la producción coreana Attack the gas station.
Ambos recuperan el universo del veterano director como base de sus trabajos. Por desgracia, J. J. Abrams se limita a una correcta copia muy previsible. Joe Cornish va mucho más allá. La práctica del reciclaje no es sólo recomendable sino que es una verdadera tendencia del cine actual. La diferencia es que esta honorable práctica debe servir para crear algo, no para amontonar los restos recuperados sin que éstos sufran transformación alguna.
Los protagonistas de las dos películas son una pandilla de adolescentes. A todos los de Super 8 los adoptarías de inmediato, educados, sensibles y con ojitos de perro abandonado en pleno verano. Sin embargo al grupúsculo de Attack los enviarías de inmediato a un reformatorio, unos quinquis maleducados, insensibles y con ojos de bulldog en pleno ataque de rabia.
La cuadrilla de Super 8 se ve inmersa en medio de la fuga de la tierra de un extraterrestre, tipo araña de Louise Bourgeois, con una nave espacial reciclada (aquí todo el mundo recicla, hasta el extraterrestre) en forma de Torre Eiffel. En Attack the Block, presupuesto obliga, los extraterrestres vienen a reproducirse y quedarse (lo que nos faltaba), la forma de los aliens es lo que menos importa (¿existe alguien todavía que se crea que cualquier forma de inteligencia, por minúscula que sea, cometería la insensatez de pasar sus vacaciones en nuestro planeta?), lo único que se aprecia de estos monstruos, lógicamente de una inteligencia muy limitada, es una dentadura fluorescente que haría las delicias de cualquier pasta de dientes.
La música de Super 8 es sinfónica, una verdadera partitura que pretender resaltar las emociones de los protagonistas, a base de metales, cuerdas y vientos. Attack the Block cuenta con una banda sonora del rap más actual y ruidoso del momento, que los protagonistas tararean poniéndose hasta las patillas de drogas en los suburbios de la zona sur de Londres de la época actual, mientras que el equipo de Super 8 se acaba la merienda de su bocata de nocilla en el barrio de las madres de Mujeres Desesperadas de 1979.
Salí de Super 8 con la sensación de tener 15 años y de Attack the Block asegurándome que tenía la suerte de no tener 15 años. De la primera, ni frío ni calor, en Attack the Block me reí, y mucho, de las ocurrentes réplicas, las situaciones cercanas a la realidad (¿a quién no se le ha gastado la batería, en este caso el crédito, cuando más lo necesita?), disfrute de la originalidad del pastiche y de algunas excelentes interpretaciones, Nick Frost, Luke Treadaway y, hasta, Jodie Whittaker. Una película muy ingeniosa que puede resultar una bomba en la taquilla. Y es que los tiempos han cambiado mucho. Super 8 llega con 30 años de retraso, Attack the block con uno de adelanto.
Se me olvidaba, la mítica revista francesa Cahiers de cinéma ha dedicado la portada de su último número a Super 8, película no gran sino grandísimo público. Para gustos están los colores. Hecho tan inhabitual como si Fotogramas o Première dedicase su próxima portada a Nader y Simin, una separación. Lo que sería, en mi modesta opinión, mucho más acertado porque esta última película, una verdadera joya del cine invisible, y dentro de poco visible (programada en el próximo Festival de San Sebastián y a finales de septiembre en los cines), distribuida en Francia solamente en VO, en 8 semanas de exhibición ha conseguido la friolera de 800.000 espectadores y todavía sigue en cartel. Lo dicho, los tiempos han cambiado mucho.
[…] El día 18 arranca el bólido del Festival de Gijón: arriesgado, irreverente, iconoclasta e imprescindible. Un festival que no deja de sorprender y recoger las pepitas de cine más extrañas e incalificables del cine mundial. En sección oficial, por el momento, Miranda July presenta The future, una tragicomedia indie con algunos momentos intensamente poéticos, la obra maestra o el total bodrio de Hors Satan (sinceramente todavía lo estoy pensando) del imprevisible Bruno Dumont, el cuento actualizado de los tres cerditos y el lobo feroz en Les géants, tras el magnífico Eldorado, y la suave Un amour de jeunesse de Mia Hansen-Løve. Y en las tentadoras secciones paralelas, las geniales Youth in revolt, Rubber, Essential Killimg, Tomboy y Attack the block. […]
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Felices Pascuas, Carlos!!
Hace tiempo que no participo en tu extraordinaria página, pero el trabajo me lo pone difícil (para celebrar con los tiempos que corren). El trabajo y las pocas oportunidades que tengo para ver tus recomendaciones. Es lo que tiene ser fan del cine invisible: también los espectadores somos invisibles a los ojos de los programadores y exhibidores.
Pero alguna vez, mis gustos y los de los distribuidores coinciden y me permiten disfrutar de películas que te dejan buenas sensaciones y te hacen pasar un buen rato.
Soy amante de algunos géneros y no desprecio una buena película de serie B.
Creo que ésta es una película que encaja en este grupo: ciencia ficción, terror y teenagers.
Cuando salí de la sala me pregunté: ¿qué la hace diferente a las demás que reúnen estas características? Está claro que la elección de la clase social de los protagonistas marca una buena diferencia, pero eso no es suficiente.
¿Qué empuja a unos delincuentes a convertirse en héroes?, ¿El dinero?, ¿la fama?, ¿el honor?, ¿la humanidad?, ¿se han vuelto locos y se han dado cuenta de que el mundo depende de ellos?…
¡No! las razones son tremendamente humanas y lógicas: la chica (quizás la menos fuerte) y el territorio de su tribu por el que nadie va a luchar excepto ellos.
El líder de la banda tiene que demostrar a la chica, que vive en su territorio/bloque y le ha impresionado, que él es un hombre capaz de lo que sea por ella y por una buena causa. Esto ha sido suficiente en muchas películas pero en este caso hay una razón más poderosa.
Para mí la razón principal que pone en marcha la lucha para acabar con los «invasores» es el sentimiento de pertenencia al «Bloque». No moverán un dedo por el resto de los humanos, pero cuando alguien amenaza su territorio se desata la necesidad de supervivencia colectiva y de protección del territorio que realmente sienten como suyo, como su mundo.
Fuera del bloque no son nadie, son menos que nadie, pero dentro del bloque y de las calles que lo rodean, son temidos, conocidos y tienen un poder que les proporciona identidad y la sensación vital de pertenencia a una tribu.
El grupo tiene el deber de proteger a los suyos y sabe que nadie (la sociedad, el sistema) les va a ayudar. Su experiencia les dice de que son sacrificables para los «buenos» ciudadanos del mundo: son carne de cañón y no se merecen que les dediquen esfuerzos para su defensa.
¡Cuidado aliens! Podéis atacar y machacar al resto de la ciudad, pero no se os ocurra amenazar y atacar la cueva en la que vivimos porque entonces nos encontraréis defendiéndonos como las fieras que podemos llegar a ser.
No hay altruismo como en Los 7 Magníficos, no hay dinero y honor como en Sin Perdón, no hay sentimientos de justicia como en El Gran Torino. Se parecen más a Han Solo (enamorado de Leia), a Los Goonies (defendiendo sus casas).
Los aliens deberían de haber visto estas películas para entender que hay héroes a la fuerza entre los humanos.
Muy recomendable y un aire fresco en la elección de protagonistas para el nuevo cine de aventuras.
Solo pasé un buen rato (más de lo que consigo con las grandes producciones) pero además tuvo un plus de reflexión sobre los prejuicios que nos acompañan a lo largo de la vida.
Un placer leerte y una suerte poder participar en tu blog.
Gracias y ZORIONAK ETA URTE BERRI ON!
Felicidades y Buen Año Nuevo!
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Querido tocayo: un placer poder contar de nuevo con tus excelentes comentarios. Es curioso que «Bloque» tenga tantos significados, el título de la película me parece un logro más. Incluso se extrae una lectura política. Magnífica tu aportación y me alegro que estés con mucho trabajo, espero que sea algún de trabajo de animación que podamos ver cuanto antes. Ya me dirás.
Mil gracias a ti por poder contar contigo en Cine Invisible, Feliz 2012 y hasta muy pronto. El año ha sido tan excelente cinematográficamente que tendrás que comentar algún film más…
Un placer, como siempre.
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