Este film tiene el encanto de las comedias tristes americanas que provocan continuas sonrisas, a través del absurdo de las situaciones que presentan. La vida a menudo nos sitúa en el centro de una inexplicable nebulosa de acontecimientos que, en la mayoría de los casos, no comprendemos. El absurdo invade nuestra existencia porque forma parte de la teoría del caos y de lo imprevisible que regenta el universo. Solamente si aceptamos que la lógica puede quedar excluida de nuestro futuro, podremos asimilar las sorpresas que el teatro existencial nos tiene preparadas en el segundo acto.
Tras el fallecimiento de su esposa y cuatro décadas de matrimonio, el padre del protagonista, a sus 71 años, sorprende a su hijo con tres confesiones: su homosexualidad, la existencia de un amante y su próxima muerte.
Aunque parezca demasiado cinematográfico, lo curioso es que, como suele suceder, la realidad supera la ficción y el guión está basado en la vida del director de esta película, Mike Mills. Por eso la historia, en lugar de parecer demasiado forzada, tiene tanta credibilidad en la pantalla.
El éxito de esta modesta comedia se debe en gran parte a la magia y a la poderosa química que se ha establecido entre el cuarteto protagonista. Christopher Plummer y Ewan McGregor, padre e hijo, sin reproche alguno intentan comprender el futuro e interpretar el pasado a través de estas revelaciones, Mélanie Laurent, en el papel de actriz francesa, de paso por los EE.UU., que conoce al protagonista de la película y se lanza a un territorio desconocido, y la sorpresa más agradable del film, el protagonista canino, que no necesita hablar para compartir sus pertinentes reflexiones.
Un guión redactado con sensibilidad, nostalgia y mucho cariño hacia estos personajes tan perdidos, indiferentemente de su edad, y tan principiantes como todos nosotros, en este delicado, y siempre imprevisible, paseo por el amor y la muerte.
Carlos, una deuda y una duda.
La deuda: Prometo, hoy 1º de Julio, que el número de mis comentarios visibles ganen por goleada al de los invisibles, y ya sabes que lo prometido es… duda 😉
Déjame que te vuelva a felicitar por tus descubrimientos y por el entusiasmo que transmiten tus textos (estoy convencido que hablo en nombre de un montón de invisibles).
P.d. A ti lo nuevo de Michael Bay ni fu ni fa ¿verdad? 😛
Me gustaMe gusta
Querido Alfins: acepto tu promesa y espero poder confirmarla con mucha frecuencia. Y como siempre, mil gracias por tu apoyo. Parece que las distribuidoras y exhibidoras han decidido hacer visible nuestro cine preferido, así que tendremos muchas oportunidades de compartir opiniones.
En cuanto a Michael Bay, reconozco un total desconocimiento de su trabajo. Hay una crítica americana, Weitzman, que suele añadir bastante ironía a sus reseñas y de lo último de Bay decía, más o menos, «si esta película es un reflejo exacto de la cultura humana, resulta muy difícil creer que los Transformers lo arriesguen todo para salvarnos…» La verdad es que me hizo mucha gracia.
Yo sólo escribo de lo que me gusta porque si el film no me atrae por uno u otro motivo, no me da que para dos frases, y cortitas.
Hasta muy pronto, amigo, y nunca mejor dicho porque yo no tengo ninguna duda sobre tu deuda.
Me gustaMe gusta
Aquí me tienes de nuevo para continuar siguiendo tus excelentes sugerencias de ese maravilloso «cine invisible».
Abrazo.
Me gustaMe gusta
Querido Murill: qué alegría volver a contar contigo. Es un placer tener noticias tuyas. Hasta muy pronto, amigo
Me gustaMe gusta
Que peliculon!!!.La vi el otro dia y me parecio una maravillosa pelicula,emotiva,pero sin caer en sentimentalismos baratos,con unos personajes con los que facilmente te puedes identificar(el reparto,todos perfectos con el gran Christopher Plummer en uno de esos grandes papeles donde demuestra el pedazo actor que es).
Una de las mejores del año,para mi gusto.
Un saludo!!
Me gustaMe gusta
Querido Fernando: totalmente de acuerdo contigo. Igual hasta tenemos una sorpresa en la nominación a los Oscars, el padre está perfecto.
Me gustaMe gusta