Existen cineastas que investigan nuevas formas de expresión para cambiar la forma de construir una película o contar en imágenes una historia. Entre los que se aventuraron por caminos salvajes y territorios inexplorados podríamos citar a Kenneth Anger, Stanley Kubrick o David Lynch, considerados ya como clásicos del cine.
Pero ha nacido una nueva generación de amantes del cine que continúa ese trabajo y uno de ellos sería el director francés Gaspar Noé. Frente a estas propuestas, muchas veces radicales, el público no permanece indiferente. Algunos ponen el grito en el cielo mientras otros reclaman la categoría de obra maestra. Los extremos se tocan y sólo la reflexión en el debate hace que éste sea productivo. El jurado del Festival de Sitges 2009, considerando la calidad y la originalidad de Enter the void, no dudó en otorgarle dos importantes premios, situando a su creador entre las personalidades a observar e invitando al público a seguir su trabajo.
La película es el primer melodrama psicodélico de la historia del cine y desaconsejable a todos aquellos que sufran de mareos o vértigos. Lo primero que llama la atención es cómo el director ha podido conseguir esos interminables planos que atraviesan media ciudad, saltan sobre los muros, filman desde el cielo, entran por la ventana de un rascacielos, salen por la puerta y bajan de nuevo hasta la calle en un única toma. La dificultad era tan grande que durante el rodaje el director no podía conciliar el sueño, a causa de las pesadillas que le provocaban las grúas de las escenas.
La historia, como es frecuente en el cine de Gaspar Noé, parte de un accidente que cambia el curso de la vida. En este caso, frente a la pérdida de sus padres, dos hermanos juran protegerse mutuamente, incluso más allá de la muerte. El director encontró a Paz de la Huerta, espléndida en el papel, en Nueva York y supo de inmediato que ya tenía a su protagonista. A continuación, buscó entre aficionados o actores desconocidos al que protagonizaría el papel de su hermano, que en ningún momento de la película está filmado de frente.
Aunque en principio pensaba rodar la película en la cordillera de los Andes, después en Francia y más tarde en Nueva York, al final Gaspar Noé se decidió por Japón. Las luces incesantes y los colores vivos de la ciudad de Tokio combinan perfectamente con las alucinaciones que, desde el minuto 30 del film hasta el final de la película, sufre el hermano de Paz de la Huerta.
Enter the Void se presentó en el Festival de Cannes 2009 sin finalizar y con un metraje de 2 horas 41 minutos. Después se trabajó en post-producción durante tres meses más añadiendo efectos visuales y sonoros. Aunque la película peca por exceso en la duración, entre 20 y 30 minutos menos no le vendrían nada mal, Entre the Void es una de las experiencias más flipantes, y nunca mejor dicho, del cine actual.
Enter the void, Francia 2009 « El Cine Invisible…
Here at World Spinner we are debating the same thing……
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Mira que he visto cine en mi vida pero ninguna película me ha dejado tan sacudido como Enter The Void. Conmocionado, fascinado, entusiasmado y noqueado. Es mucho más que una peli, es una EXPERIENCIA DEMOLEDORA y un RETO continuo. Una OBRA MAESTRA.
Gaspar Noé es un gamberro y un provocador sorprendente y asombroso. Las imágenes no dejan de golpearme obsesivamente en la cabeza, aunque ni es gore ni de terror ni violenta, pero sí muy friki. No he visto nunca nada igual. Se nota que Gaspar no busca la taquilla y es de agradecer, porque Enter The Void es cine estimulante del bueno, que nos envuelve en una tupida red tentadora, aunque a veces tensa, incómoda y no fácil de ver, pero siempre vivificante.
Movimientos de cámara imposibles y de vértigo, planos rebeldes e incendiarios, un sonido excitante, una dirección prodigiosa y una historia muy original y retadora son un potente desafío constante para el espectador, ya desde los mismos títulos de crédito. Por buscarle algún reparo, aunque muy relativo, diría que hay abuso de cámara al hombro, planos subjetivos o detrás de la cabeza del protagonista y muchos cenitales. Desde luego no son recursos que a mí me gusten en exceso, pero por el tema que trata, están justificados. Y si no fuera así perdería su esencia, por lo que de la necesidad se hace virtud… y me los trago muy gustosamente.
Seguro que muchos la detestarán porque para cierta gente será muy difícil de ver, y lo entiendo, pero a mí me ha cautivado, atrapado y arrollado sin piedad. Desde luego, a nadie va a dejar indiferente. Riesgo sin tregua para disfrutar, rematado por un final maravilloso e impactante. Inolvidable porque se queda grabada en la memoria, lo que hace que se saboree mucho más allá de los 155 minutos que dura. A propósito, no coincido con los que piensan que le sobra metraje porque, para mí, no tiene desperdicio. Es una orgía de imágenes impresionantes. NECESITO QUE SALGA YA EN BLU-RAY. ¿Alguien puede hacer algo?
Y si la vas a ver, por favor, olvida esta crítica y mírala sin prejuicios a favor ni en contra, porque está claro que el juicio cinéfilo es totalmente subjetivo. Pero no te la pierdas, te lo ruego, porque es única y diferente.
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Querido Miguel: totalmente de acuerdo contigo. Una obra rompedora que hay que ver sin falta. Hay tanta energía y buen sentido en tu comentario que no puedo añadir nada más. Hasta muy pronto, amigo
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