por Carlos Loureda
La lápida que adorna el despacho de José Luis Rebordinos, director del Festival de San Sebastián, es el regalo de sus compañeros por sus 21 años de dirección de la Semana de Terror. El citado objeto formaba parte de la decoración de un corto, dirigido por Telmo Esnal, en que incluso aparecía Santiago Segura y acabó comprando la EITB (televisión autonómica vasca), y en el que José Luis y Lucía Olaciregui, que han fallecido, resucitan como zombies…
El director, como se ve, no tiene ningún miedo a los tiempos obscuros ni a los momentos sombríos. Es un superviviente nato dispuesto a obtener, si es necesario, siete vidas más para el Festival.
Lo más complicado del certamen
José Luis Rebordinos ha llegado en plena crisis, consciente de ello reconoce que lo más complicado está siendo cómo conseguir un certamen con una serie de apuestas importantes, un número de presencias, incluidas las que no se ven (como por ejemplo, la industria europea e internacional que suponen una importante inversión en noches de hotel) y casar todos estos proyectos con los medios económicos que tenemos. Este año he dedicado mucho más tiempo a la parte de conseguir medios y financiera de lo creo que debería dedicar. Es un mal momento económico pero con lo que tenemos vamos a intentar hacer el mejor festival posible.
Sin embargo, también tengo que reconocer que este es un buen año de producción cinematográfica. Mucha y de gente muy importante. Luego las películas gustarán más o menos pero el ramillete de directores que va a estar presente en San Sebastián es extraordinario: Terence Davies o Martin Scorsese en première europea y Kim Ki-duk o Arturo Ripstein en première mundial… Un año normal es muy difícil tener eso. Cannes y Berlín han sido maravillosos y creo que San Sebastián también lo será. Un festival donde todo el mundo encontrará alguna película que le guste mucho. Si yo voy a un festival y encuentro 6 u 8 que realmente me gusten, ya me doy por satisfecho. Al que le guste el cine este año va a disfrutar mucho, es tal la oferta, tan variada y con tantos nombres importantes, que será muy fácil para cada espectador, picando entre todas las secciones, encontrar algo a su gusto.
Money, money, money
Digamos que, por circunstancias personales, estoy muy acostumbrado a las cuentas públicas y entro al toro con el tema. Existen diversas formas de presentar unos presupuestos que incluyan ayudas públicas. Se pueden contabilizar los ingresos directos e indirectos separados, las prestaciones no dinerarias, o incluso, monetizar la publicidad que el evento genera entre los medios internacionales. Por ejemplo, el festival de Cannes publica oficialmente un presupuesto de 20 millones de euros, pero no incluye las habitaciones de hoteles que obtiene de forma gratuita u otras formas de financiación indirecta. En realidad, su presupuesto real debe rondar los 33 o 35 y el Festival aporta a la ciudad durante esos días unos 200 millones. Berlín, el segundo en importancia, está entre los 16 y los 18 millones.
José Luis se muestra orgulloso de que San Sebastián sea el festival más pequeño entre los grandes, pero al borde de ser uno de los mejores. El certamen presenta unas cuentas que engloban todas las partidas, sin excepción. El presupuesto es de 4 millones de euros de financiación pública, directa e indirecta, y otros 3, privada. Total: 7 millones de euros para 9 días. Lo que, sencilla y llanamente, se podría calificar de milagro. Si comparamos con el último acontecimiento internacional celebrado en España, estilo Habemus Papam de Nanni Moretti, se hablaron de 50 millones de presupuesto para 5 días y sólo una celebridad invitada. Por eso, calificar el presupuesto de milagroso, aunque no le venga del cielo (el director ha sudado hasta el último céntimo de euro de patrocinio), define la situación a la perfección.

Lo que aporta el Festival a la ciudad es impresionante. Al ser una economía de subsistencia, como le gusta describirse a José Luis, el último informe del impacto económico en la ciudad data de hace 10 o 12 años. Pero está convencido de que el festival es la operación más rentable que tiene la ciudad en todo el año. Aparte del prestigio, sin contar cada impacto en los medios, como el día en que Julia Roberts aparece en 15 telediarios de todo el mundo, eso cuesta o representa más que el conjunto de la financiación pública.
Los festivales, las salas del cine invisible
Otros datos económicos, fríos, pero muy significativos. Más de 150.000 espectadores por edición o 40.000 entradas vendidas el primer día, con la taquilla virtual de la Kutxa que no soporta el peso de todo este movimiento y que ha prometido solucionarlo para el próximo año. No está nada mal. Recordemos que Cannes es un festival profesional al que no asiste el público en general. Para conseguir que haya 150.000 espectadores, en una ciudad con sólo 185.000 habitantes, hay que seducir intensamente al público.
Hoy en día eventos como Cannes, Berlín, San Sebastián, los festivales en general, se han convertido en un circuito alternativo o complementario de exhibición. Y en España habrá 6 o 7 citas anuales, Gijón, Valladolid, Málaga… a los que los espectadores acudirán porque saben que son los únicos lugares donde podrán ver ese tipo de cine.
Pero tras los datos, análisis, objetivos y un duro trabajo se esconde un hombre. ¿Quién es realmente José Luis Rebordinos (conocido por sus amigos, según parece, por el nombre de Rebor)?
Continuará